Y el Ché se vistió de futbolista...
Soy un freaky del deporte. Lo sé. Me encanta el deporte. Podría pasar horas hablando de él, disfrutándolo. Soy de esos estúpidos que si ven a otro freaky como yo vender vídeos de partidos históricos está un buen rato buceando en el listado para recordar momentos con los que haya disfrutado o me haya lamentado. Aunque sepa que no tengo dinero para comprar ni siquiera un par de cintas. Pero me da igual.
Algún día me gustaría hablaros de momentos en esto que han significado mucho para mí. No, tranquilos, no me pondré a hablar de tácticas del basket ni de jugadas galácticas en el fútbol. Bastante monstruo es el deporte (con el fútbol a la cabeza) como para convertir mi página en otro referente del agenda-setting-ismo más salvaje. Simplemente contaré segundos de gloria, llantos de felicidad o tristeza o momentos personales con el deporte como mera excusa y fondo.
Son las nueve de la mañana y antes de irme me apetecía escribir. Por Málaga. Por Liverpool. Por Josemi más bien.
No es el mejor en nada. No pasa de ser un buen jugador, sin ser ninguna estrella ni acaparar portadas. Algunos cuestionarán hasta que es buen jugador. Me da igual. Es mi jugador favorito.
[MODO EXAGERADO ON- no tomar al pie de la letra las afirmaciones producidas en estado de embriaguez josemínica]
Josemi. Y me santiguo al decir su nombre. Siempre hay que hacerlo. El fútbolista revolucionario. De Torremolinos a ser campeones de Europa. De la Malagueta al cielo. Si no era lo mismo.
A veces, uno que es ateo de boquilla aunque se muere de dudas en su interior, se replantea si es cierto que hay un ser superior al resto que nos guía y protege. Para Butragueño es Florentino, para los musulmanes es Alá, para los peperos Fraga, para los suizos el reloj (esto de la neutralidad en tantos aspectos hace que los seres sobrenaturales sean no-humanos) y para mí es Josemi. Así, sin más.
No entiendo a la gente que se hace tatuajes del Che Guevara. Yo de pequeño (sí, aún más pequeño que ahora, aunque parezca imposible) me ponía mis camisetitas del Che, mis libretitas con cuatro fotos revolucionarias y qué contento me quedaba. Pero hoy, en pleno año 2005, no entiendo como los niños siguen pensando en un personaje que aunque histórico y relevante, no tiene nada que hacer al lado de su reencarnación más perfecta: Josemi. Es el San Bernardo del baloncito de fútbol.
Sí, amigos, sí. El Ché se vistió de futbolista. Empezó a darle patadas al capitalismo (lo del sueldo elevado de los futbolistas en el fondo le jode, pobrecillo), se vistió de rojillo y decidió, cual Cid Campeador, que a pesar de "muerto" (tantas lesiones...) iba a triunfar. Por su equipo, su ciudad y sobre todo por los joseminófilos. No hay que fallarle a los seguidores.
Por eso y porque sé que este gusto incontrolado, incoherente e inexplicable por alguien acabará siendo declarado enfermedad incurable por la OMS, declaro abierta la ilegal secta. Revolución o muerte. Josemi o gillotina.
Simplemente los cuatro enfermos que nos apuntemos a la secta quedaremos en alguna sede social aún por determinar, nos dedicaremos a ver sus partidos de antaño en el Málaga, a planear excomuniones o crueles venganzas en contra de cualquier persona que se atreva a pronunciar su nombre en vano y sin santigüarse o que vaya más lejos y se atreva a afirmar herejías en contra de el Elegido.
El Joseminismo autóctono quiere ser Universal. La caza de mentes ha empezado. La secta no dejará de crecer. Josemi tampoco. Apúntate o puede que mañana ya sea tarde.
Venceremos.
[/MODO EXAGERADO OFF]
Ya os dije que no os tomárais al pie de la letra esto. Pero me apetecía escribir un rato aunque sea con una paranoica ida de olla sobre un jugador que realmente me gusta. Creo que se merece la alegría que se llevó ayer y poder decir que él también es campeón de Europa.
Por haberle visto nacer en los campos de fútbol, por haberle visto jugar en campos de tierra, por las críticas tras sus primeros inseguros partidos en Málaga, por las lágrimas que tuvo cuando caímos en los penalties de cuartos de la UEFA tras la mayor hazaña de nuestra historia, por haberte ido de Málaga siendo grande y llegar a un grande de nombre en horas bajas, por haber puesto tu granito de arena para recuperarlo, por tener tanta mala suerte con lesiones y recuperarte para vivir desde cerca el día más grande de tu vida y por acordarte de los malagueños aún en un momento tan jodidamente feliz y grande.
Gracias, Josemi.
Ya os dije que era un freaky. Saludos varios...
Algún día me gustaría hablaros de momentos en esto que han significado mucho para mí. No, tranquilos, no me pondré a hablar de tácticas del basket ni de jugadas galácticas en el fútbol. Bastante monstruo es el deporte (con el fútbol a la cabeza) como para convertir mi página en otro referente del agenda-setting-ismo más salvaje. Simplemente contaré segundos de gloria, llantos de felicidad o tristeza o momentos personales con el deporte como mera excusa y fondo.
Son las nueve de la mañana y antes de irme me apetecía escribir. Por Málaga. Por Liverpool. Por Josemi más bien.
No es el mejor en nada. No pasa de ser un buen jugador, sin ser ninguna estrella ni acaparar portadas. Algunos cuestionarán hasta que es buen jugador. Me da igual. Es mi jugador favorito.
[MODO EXAGERADO ON- no tomar al pie de la letra las afirmaciones producidas en estado de embriaguez josemínica]
Josemi. Y me santiguo al decir su nombre. Siempre hay que hacerlo. El fútbolista revolucionario. De Torremolinos a ser campeones de Europa. De la Malagueta al cielo. Si no era lo mismo.
A veces, uno que es ateo de boquilla aunque se muere de dudas en su interior, se replantea si es cierto que hay un ser superior al resto que nos guía y protege. Para Butragueño es Florentino, para los musulmanes es Alá, para los peperos Fraga, para los suizos el reloj (esto de la neutralidad en tantos aspectos hace que los seres sobrenaturales sean no-humanos) y para mí es Josemi. Así, sin más.
No entiendo a la gente que se hace tatuajes del Che Guevara. Yo de pequeño (sí, aún más pequeño que ahora, aunque parezca imposible) me ponía mis camisetitas del Che, mis libretitas con cuatro fotos revolucionarias y qué contento me quedaba. Pero hoy, en pleno año 2005, no entiendo como los niños siguen pensando en un personaje que aunque histórico y relevante, no tiene nada que hacer al lado de su reencarnación más perfecta: Josemi. Es el San Bernardo del baloncito de fútbol.
Sí, amigos, sí. El Ché se vistió de futbolista. Empezó a darle patadas al capitalismo (lo del sueldo elevado de los futbolistas en el fondo le jode, pobrecillo), se vistió de rojillo y decidió, cual Cid Campeador, que a pesar de "muerto" (tantas lesiones...) iba a triunfar. Por su equipo, su ciudad y sobre todo por los joseminófilos. No hay que fallarle a los seguidores.
Por eso y porque sé que este gusto incontrolado, incoherente e inexplicable por alguien acabará siendo declarado enfermedad incurable por la OMS, declaro abierta la ilegal secta. Revolución o muerte. Josemi o gillotina.
Simplemente los cuatro enfermos que nos apuntemos a la secta quedaremos en alguna sede social aún por determinar, nos dedicaremos a ver sus partidos de antaño en el Málaga, a planear excomuniones o crueles venganzas en contra de cualquier persona que se atreva a pronunciar su nombre en vano y sin santigüarse o que vaya más lejos y se atreva a afirmar herejías en contra de el Elegido.
El Joseminismo autóctono quiere ser Universal. La caza de mentes ha empezado. La secta no dejará de crecer. Josemi tampoco. Apúntate o puede que mañana ya sea tarde.
Venceremos.
[/MODO EXAGERADO OFF]
Ya os dije que no os tomárais al pie de la letra esto. Pero me apetecía escribir un rato aunque sea con una paranoica ida de olla sobre un jugador que realmente me gusta. Creo que se merece la alegría que se llevó ayer y poder decir que él también es campeón de Europa.
Por haberle visto nacer en los campos de fútbol, por haberle visto jugar en campos de tierra, por las críticas tras sus primeros inseguros partidos en Málaga, por las lágrimas que tuvo cuando caímos en los penalties de cuartos de la UEFA tras la mayor hazaña de nuestra historia, por haberte ido de Málaga siendo grande y llegar a un grande de nombre en horas bajas, por haber puesto tu granito de arena para recuperarlo, por tener tanta mala suerte con lesiones y recuperarte para vivir desde cerca el día más grande de tu vida y por acordarte de los malagueños aún en un momento tan jodidamente feliz y grande.
Gracias, Josemi.
Ya os dije que era un freaky. Saludos varios...
4 comentarios
Carol... -
Quien sabe si Josemi será un revolucionario tipo Ché, pero todo es posible..
Sigue con tus frikerios qur así me divierte, ok?
Que estes bien.. chaito
(visita mi blog)
ERIC -
VIVA LA REVOLUCION
sinrazon -
Helena -
Besos.Adiós.